lunes, 12 de julio de 2010

Historia - Juntos toda la eternidad





Era una fría noche de invierno, la lluvia caía sobre mí y yo caminaba sin un rumbo fijo,sin darme cuenta llegué a una casa grandiosa, era una gran mansión negra, tuve miedo y por eso me marché…Al día siguiente recordaba la casa a la perfección cada detalle, hasta cosas que en mi memoria quedaron pero que en ese instante no noté, entonces me dije a mi misma que entraría en esa casa.
Al día siguiente...estaba como a tres metros de la puerta, caminé sigilosamente hacia ella, tomé aire como si mi vida dependiera de ello, entonces abrí la puerta…-¿Hola?- Dije suavemente…-Hola- Me contestaron…Di un grito porque me asusté, no veía nada ni nadie en ningún sitio, cerré la puerta y entonces apareció…Era un chico de pelo negro y ojos blancos, pálido como si el sol no le hubiera dado nunca, vestido con una gran capa negra, que misterioso, y encima un escalofrío que recorría mi cuerpo, que raro.Él se acercó a mí, estaba cerca de mí a menos de un metro, me miraba con esos ojos que de blancos habían pasado a un azul cielo.-¿Porqué has entrado en mi casa jovencita?- Preguntó él…- No lo se, algo me atrajo, ayer andaba por estos caminos y me encontré esta mansión, me causó tal impresión que se quedó en mi memoria, no pude resistirme a venir, lo siento- Le respondí.-No importa, a lo mejor ha sido el destino que ha querido que conociera a una dama tan bella como tú, ¿Cuál es tu nombre señorita?- Preguntó él.- Mi nombre es Phiones, ¿Y él tuyo?- Dije yo.-El mío es William, mis padres me llamaban Ser William o señorito William pero de eso ya hace muchísimo tiempo, tú simplemente puedes llamarme Bill-- Un gusto conocerte, Bill--Lo mismo digo, y veo que tienes modales, ya empiezas a gustarme--Ven, pasa, mi casa es tú casa--Gracias-Caminé tímidamente siguiendo al misterioso chico llamado Bill, me acompañó hasta una pequeña salita muy vieja con olor a humedad. Me ofreció el asiento y el después también se sentó…-¿Vives aquí solo?- Le pregunté.-Desgraciadamente, si, antes vivía con mi amada Loreley, pero se fugó con mi mayor enemigo Sir Henry--Eso es muy costoso de afrontar--Si, me costó un siglo superarlo, Loreley y yo, crecimos juntos, nuestro amor se convirtió en mi inspiración, en mi mente cantaba su nombre, vendí mi alma al diablo por ella, me jugué mi propia vida para defenderla, y así me lo pagó, un día cualquiera ella cruzó la puerta de mi casa, se fue muy lejos de mi lado junto a mi mayor enemigo, quedé desesperado gritando como un loco, pero lo acabé aceptando cuando un ángel de luz se presentó delante mía diciendo que algún día una dama de gran belleza aparecería de la nada en mi casa- Me explicó él.-Justo como ha pasado conmigo, no creo que sea casualidad- dije sorprendida.-Pero será mejor que nos despidamos, no recomiendo estar conmigo--¿Porque dices eso?--Primero te haria daño, y luego viviríamos felices-- Bill, explícate…--No soy normal, ni de este mundo, tengo el corazón negro y roto, y no tengo alma, no salgo de día y salgo de noche, colmillos me salen cuando tengo hambre, cazo y me bebo a mis presas, y si quiero a una humana primero tengo que convertirla en vampiresa-- ¿Vampiro?, pero…y si de verdad el destino nos a juntado--No lo se, aunque nos acabamos de conocer parece que te conozco de toda la vida, pero ya estoy sintiendo cosas extrañas, notó luz en mi corazón, aunque solo hemos charlado durante unos minutos, aunque se dice que para enamorarse no se necesitan ni 5 segundo--Si, eso dicen, y la verdad, también siento cosas, creo que…estoy dispuesta a someterme al dolor…-Abrió los ojos sorprendidamente y caminó lentamente hacia atrás mía, note sus frías manos apartando mi pelo del cuello, lo acariciaba lentamente, pronto noté su aliento frío en mi cuello, le notaba mas cerca cada vez, entonces notaba un dolor fuerte, me quedaba sin sangre poco a poco, mi temperatura bajaba y no podía hacer nada para no sentir tanto dolor, me costaba respirar, y notaba que la vida se me apagaba…Cerré los ojos y mi corazón dejó de latir por siempre…Abrí los ojos y desperté en una cama con sabanas de seda, abrí las cortinas y allí, sentado en una silla estaba Bill, se había quedado dormido esperando a que despertara…Me levanté y busqué un baño cercano, me miré en el espejo: pelo negro, ojos grises, piel pálida, colmillos puntiagudos, dos marcas en el cuello…-Ese es tu nuevo aspecto mi amada, ¿te gusta?- salió preguntando de la nada…-Me encanta querido, el dolor ha valido la pena, y a lo mejor mi corazón no late, pero creo que gracias a ti siento fuego en mi interior-Palabras que me salieron de dentro, como si supiera que estaría con William toda la vida, y eso que nos acabábamos de conocer…Entonces comenzó a salir una luz, nos dejó ciegos, y después se comenzó a ver a una bella joven con alas aladas, era un ángel…- Sir William veo que encontraste a la bella dama- dijo el ángel.- Entonces, hemos acertado, es ella- dijo el alegremente.-Si, ser William, esta es la chica que hará que todas tus penas desaparezcan entregándote su corazón y su alma-- ¿Y como que nada más vernos ya hemos notado escalofríos?- pregunté yo.- Vosotros ya os conocíais de tiempos inmemoriales, en otra vida ya os habíais encontrado, y ahora en esta ha vuelto a suceder de nuevo, el destino os quiere juntos para toda la eternidad-
FÍN.

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